WALGH, Siria.- Tras la retirada de fuerzas gubernamentales, la violencia continuó en Sueida, sur de Siria, donde llegaron combatientes sunitas de otras zonas del país para enfrentarse con facciones drusas.
La presidencia siria afirmó que trabaja en el envío de una “fuerza especial” a la zona “para poner fin a los enfrentamientos y resolver el conflicto” en la ciudad, poco después de que estallaran de nuevo los combates.
Según reporteros en el lugar, anoche unos 200 combatientes de tribus árabes sunitas, que llegaron a apoyar a los beduinos locales, intercambiaron disparos de armas automáticas y proyectiles con grupos drusos posicionados dentro de la urbe.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) reportó que “barrios de la ciudad están siendo bombardeados”.
La ONU pidió cesar el “derramamiento de sangre” tras los enfrentamientos que comenzaron en esta región -de mayoría drusa- el domingo y han dejado por ahora 638 muertos, según un último balance del OSDH.
La presidencia siria instó en un comunicado a “todas las partes a mostrar moderación”.
La violencia no amainó este viernes, pese a que las fuerzas gubernamentales se retiraron el jueves de la ciudad de Sueida. El presidente interino, Ahmad al Sharaa, afirmó que con esto quería evitar una “guerra abierta” con Israel.
El ejército israelí bombardeó esta semana distintas sedes del gobierno de Siria en la provincia de Sueida y en la capital, Damasco, con el argumento de que están defendiendo a los drusos, una minoría presente en Israel y en la meseta siria del Golán, ocupada por el Estado de Israel desde 1967.
El gobierno sirio había desplegado sus fuerzas en la zona el martes, con el objetivo de poner fin a los enfrentamientos entre combatientes drusos y tribus beduinas sunitas locales.
Ejecuciones
Pero grupos drusos y testigos acusaron a las fuerzas gubernamentales de ponerse del lado de los beduinos y llevar a cabo ejecuciones durante su despliegue en Sueida.
Ataque israelí sobre Damasco y el sur de SiriaEl Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se declaró profundamente preocupado por el rápido deterioro de la situación humanitaria en la región. “A la gente le falta de todo. Los hospitales tienen cada vez más dificultades para atender a heridos y enfermos”, declaró Stephan Sakalian, jefe de la delegación del CICR en Siria. “No tenemos agua, ni electricidad, empiezan a faltarnos los medicamentos”, contó Rouba, una empleada del hospital de la ciudad de Sueida.
Este centro de salud, el único que sigue funcionando en la localidad, recibió “más de 400 cuerpos desde el lunes por la mañana”, entre ellos “mujeres, niños y personas mayores”, afirmó el médico Omar Obeid.